En los últimos meses se han publicado una serie de libros en relación a la problemática que se vive en las tierras que recorrieron antaño Abraham, Jesús y Mohamed (Mahoma). Este aumento en la oferta de textos relacionados con los árabes, los palestinos, los judíos, el Islam, el conflicto entre ellos, obedece, según mi opinión, al incremento en la demanda por parte de la población chilena y mundial por conocer a una sociedad que ha estado tan cerca de nosotros, los americanos (no olvidemos la gran cantidad de inmigrantes árabes y judíos que han sido recibidos en estos confines de la tierra), pero a la vez, es tan poco lo que comprendemos de ella.
Para este trabajo, se han revisado varios textos que al final del artículo presento para que los interesados ahonden en su estudio. En las siguientes líneas, intentaré hacer una revisión para desmitificar uno a uno los mitos en relación al conflicto Árabe-Israelí, creados por un grupo selecto de judíos, los sionistas, durante los últimos 100 años de historia universal. Un mito, según el diccionario de la Real Academia, podría reflejar una fantasía producto de la imaginación o quizás, una idea, teoría o doctrina que expresa los sentimientos de una colectividad y se convierta en estímulo de un movimiento o según el contexto, sea un relato popular en que se desarrollan acciones imaginarias que trasponen acontecimientos históricos, reales o deseados o en las que se proyectan ciertos complejos individuales.
A mi parecer todas estas definiciones vendrían a complementar el perfil del conflicto a estudiar.
El conflicto surge hace más de un siglo con la aparición del movimiento sionista en Europa y las primeras oleadas de colonización en Palestina. Esta ideología política no nace entre los judíos palestinos o árabes, sino en Europa como reacción a las condiciones humillantes y de opresión que sufrían los judíos de Europa Oriental en el siglo XIX. Son los sionistas, los que tomarán la bandera de lucha de las masas de religión judía, que viven por cientos de años en Europa. América y otros continentes y que a fines del siglo XIX, los llevará a pensar en la posibilidad de crear su propio Estado en algún lugar del mundo. Se barajaron muchas opciones para la creación de este problemático Estado que agruparía a los sionistas. Entre ellos la ex URSS, que en su rivalidad con los judíos llegó a concebir una república autónoma denominada Birobidjan, en el confín oriental de Siberia. Otras opciones fueron la Patagonia Argentina y Palestina. Sin embargo, uno se pregunta, ¿por qué Palestina? Un dirigente del movimiento sionista, Jacobinsky, nos da la respuesta: "Gracias a Dios los judíos no tenemos nada en común con lo que llaman Oriente. Tenemos que ayudar a aquellos de nuestro pueblo que son incultos y que adhieren a tradiciones y leyes espirituales orientales arcaicas. Vamos a Palestina, primero por nuestro bienestar nacional, después para expurgar sistemáticamente toda huella del alma oriental". Frente a estas afirmaciones, uno se vuelve a preguntar, ¿por qué tuvieron que elegir Palestina si nada en común reconocen tener con sus originarios habitantes, los árabes palestinos, ni con la tierra que los cobija y les da sustento? El presidente del Congreso Mundial judío entre los años 1933 y 1940 nos aclara el panorama: "Los judíos podríamos haber obtenido Uganda, Madagascar y otros lugares para el establecimiento de un Estado judío, pero no queríamos absolutamente nada excepto Palestina.
No porque el Mar Muerto evaporado pueda producir metales y metaloides por un valor de 5 trillones de dólares. No por el significado bíblico o religioso de Palestina, ni porque su subsuelo contenga 20 veces más petróleo que todas las reservas combinadas de las dos Américas, sino porque Palestina constituye el verdadero centro del poder político mundial, el centro estratégico militar para el control mundial". Finalmente son las tierras de Palestina las elegidas, aprovechando las favorables condiciones político-militares que se darán años después en el mundo.
EL ANTISEMITISMO Y GENOCIDIO NAZI.
Habría que partir resaltando que el Pueblo Palestino no es culpable de los sufrimientos que han afectado a los judíos a través de la historia. El antisemitismo es una invención de Occidente, tiene sus raíces en el mundo grecorromano, se intensifica durante la Edad Media, especialmente debido a la asignación que se le daba a los judíos como asesinos de Jesucristo. Como su nombre lo indica, antisemitismo, implica una aversión, una fobia o estar en contra de lo relativo a la familia de pueblos asiáticos denominados semitas, dentro de las cuales están los árabes y por cierto los hebreos. Por lo tanto, en razón de esta definición, no sólo los judíos sufren frente a actitudes antisemitas sino también los árabes y además, sería ilógico argumentar que puedan existir árabes que sean antisemitas o que existan pueblos o individuos que sean antisemitas, pero sólo que no toleren a los judíos. Sin embargo, basados en parte en este prejuicio, los judíos se han escudado para exigir de parte del mundo entero y en especial de los gobiernos europeos, una carta blanca en muchos de sus actos. La ideología sionista-judía se ha nutrido del antisemitismo, en otras palabras, antisemitas y sionistas están aliados en un mismo objetivo: la ocupación de Palestina, ya que los primeros quieren que los judíos abandonen todos los países donde habitan y los segundos, desean que todos emigren a la tierra prometida. Un consejero del gobierno norteamericano afirmaba en 1946, que si les permitiesen elegir, la mitad de los supervivientes judíos de la Alemania nazi, preferiría Estados Unidos a Palestina.
Para entender lo que allí ocurrió, vayámonos al año 1918, en que los turcos otomanos aliados con los alemanes dominaban toda la zona de Palestina. Al finalizar la I Guerra Mundial, las potencias triunfantes se la repartieron, como quien divide una torta. Ese año, Siria y El Líbano son asignadas a Francia; Jordania e Irak a Inglaterra y a Palestina, por su importancia religiosa, se la quiso someter a un régimen internacional, pero luego se decidió que permaneciera bajo mandato británico. El interés de los británicos era incorporar la zona como vigía del Mediterráneo Oriental, reforzar el Canal de Suez y crear así una vía terrestre ininterrumpida hasta la India.
Remontémonos luego a la época de la II Guerra Mundial, nadie desconoce los desalojos y las matanzas perpetradas por los nazis frente a los diferentes grupos étnicos que deferían del prototipo ideal de los alemanes de la época, entre ellos, los gitanos, los polacos, los eslavos, entre otros y por cierto también los judíos. Este acontecimiento histórico lamentable, fue la coyuntura que desembocó en la creación del conflicto. Fue la expulsión y el genocidio de los judíos en Europa, por parte de los nazis, lo que llevó a crear una suerte de complejo de culpa en la comunidad internacional, especialmente de las poblaciones europeas, llegando incluso a hacernos sentir culpables a países tan alejados como Chile o Latinoamérica y que poco tuvimos que ver con los daños allí provocados, excepto la ayuda incondicional que todos estos pueblos del nuevo mundo ofrecieron a los inmigrantes o mejor dicho exiliados, todo gracias a una compleja, rigurosa y eficiente propaganda por parte de estas cúpulas judías que, por cierto, se vieron y se ven ampliamente beneficiadas desde el punto de vista económico, ya que todos sabemos de las millonarias indemnizaciones que en especial los alemanes siguen cancelando. Es decir, el genocidio provocó posteriormente una discriminación positiva por parte de las poblaciones y de sus Estados hacia el pueblo judío, lo que en definitiva propició el 29 de noviembre de 1947, el voto de la Asamblea General de la ONU, a favor de la división del territorio palestino en dos estados independientes: el palestino y un nuevo Estado denominado Israel. "El genocidio es transpuesto al corazón del conflicto. Como todos los sucesos históricos es instrumentalizado, utilizado con fines políticos. Para los sionistas constituye la prueba de la necesidad de Israel como refugio de los judíos del mundo.
Sirve asimismo para intimidar a los críticos del Estado de Israel, tachándoles de antisemitas más o menos camuflados y para robustecer la solidaridad de las opiniones públicas occidentales". Sin embargo, en los últimos años estas mismas masas se han empezado a dar cuenta de la manipulación de que han sido víctimas.
Resumiendo, desde la creación del Estado de Israel a costa de dividir Palestina, se inician formalmente los problemas, ya que los palestinos nativos del lugar y los sionistas judíos que emigran día a día en masa, se disputan la zona desde entonces. La siguiente leyenda, reproducida por el escritor Sami Hadawi, esquematiza lo que allí ocurrió: "Se cuenta que en la antigüedad el rey Salomón decidió partir en dos a un único niño para dárselo a dos madres que lo reclamaban como suyo. Un escenario análogo se vuelve a dibujar en Palestina tres mil años después, excepto que la sabiduría de Salomón ha faltado en este caso. Como la madre que acepta partir al niño en dos, ya que no le pertenece, los sionistas aceptaron la partición de la Tierra Santa, porque les entregaba algo que no poseían y del cual no tenían título ni de justicia ni de derecho"
En la actualidad, son los palestinos los que han sido desalojados y masacrados por las milicias judías y luego por el ejército israelí y son ellos los que están pagando un precio por un crimen que no han cometido. Para los expulsados, el exilio continúa y para los "impenitentes" que aún permanecen en sus tierras, la resistencia es aún más difícil. Para ellos no existe el más leve reconocimiento por parte de los Estados Unidos y por ende de los gobiernos de las grandes potencias.
¿QUIENES SON LOS TRAIDORES?
Vemos a través de la historia que la traición ha estado presente siempre, de una u otra manera, en el conflicto. Pero lo que también queda demostrado es que precisamente no han sido los árabes los que han faltado a sus compromisos y acuerdos pactados con otros pueblos, sino los sionistas que los han embaucado constantemente y las potencias de antes como Gran Bretaña y actuales como Estados Unidos. Allá por el año 1914, el califa otomano que dominaba esas tierras, se une con Alemania y el Imperio Austro Húngaro para hacerle frente a los británicos. Como réplica, los árabes guiados por Hussein de la Meca, pactan con los británicos un apoyo mutuo. Estos últimos se comprometen a permitir la independencia futura de Palestina y se benefician porque los árabes lucharían en contra del avance turco. Se organiza, entonces, una revuelta de los árabes contra el Imperio Otomano. La batalla se gana, pero los británicos no cumplen sus promesas, al menos no con los árabes. En el año 1947 para Londres, Palestina protegía el lado este del canal de Suez, centro vital entre la India (joya del imperio) y Gran Bretaña. De esta manera, los británicos, pensaban poder tener un control total sobre la Tierra Santa. La verdad, es que en forma paralela ellos se habían puesto de acuerdo con los sionistas para permitirles ingresar a Palestina y desplazar masivamente y por la fuerza a los nativos del lugar. Lo curioso de todo esto, es que posteriormente, cuando los ingleses se dan cuenta del tremendo error que habían cometido al facilitar la usurpación de Palestina por los judíos, trataron de retractarse muy levemente, pero fue un desastre, porque en el fondo les estaban declarando la guerra a sus anteriores aliados, los sionistas. Fue aquí cuando comenzaron a utilizar la más eficiente arma conocida, el terror. Finalmente los británicos abandonaron Palestina a su suerte, es decir, a los sionistas.
Varios han sido los intentos que se han realizado de manera pacífica para llevar la paz a la zona, entre ellos los acuerdos de Oslo I del año 93. Sin embargo, siete años después, el gobierno israelí no cumple lo prometido; acelera la multiplicación de colonias judías como en Judea y Samaria, confisca tierras palestinas, prohíbe el ingreso a la ciudad Santa de Jerusalén a los palestinos, no libera los miles de palestinos detenidos en diferentes cárceles. Arafat, empecinado, intenta por todos los medios continuar con las negociaciones. El año 2000, en Camp David se juntan de nuevo, pero los Estados Unidos en vez de comportarse como un mediador desinteresado, se alinea a Israel para presionar y arrancar concesiones a los palestinos. La verdad es que los árabes tienen que entender que están solos en su lucha de independencia y deben tener muy claro que no es posible seguir confiando ciegamente en los sionistas ni en los Estados Unidos, ya que, éste último, ha demostrado no ser un mediador calificado.
¿QUIENES SON LOS TERRORISTAS?
Quizás la idea con más alto grado de incertidumbre y más ampliamente difundida, tenga relación con la manipulación que se ha hecho en estos días, en relación a la palabra terrorista. Actualmente, los Estados Unidos, cooperador y aliado incondicional de los sionistas, repite una y otra vez como mono porfiado, que hay que arrancar la red del terrorismo, destruir su infraestructura y atacar los nidos de terroristas. Pero uno se pregunta ¿quiénes son ellos? Sostengo aquí, en este análisis, que los verdaderos terroristas han sido los sionistas, judíos de todo el mundo o pertenecientes al actual estado de Israel que sistemáticamente a través de toda su existencia, han ocupado el arma de sembrar el terror en las poblaciones para lograr sus objetivos, junto a sus aliados, los norteamericanos. Si para demostrar a los lectores lo aquí planteado es necesario enumerar las cientos de masacres y actos vandálicos cometidos por ellos, no harían más que cansarlos. Por esta razón citaré sólo algunos de los hechos más notorios. Entre 1936 y 1940 dos mil casas fueron destruidas por los judíos en Palestina, una práctica que a partir del año 67 imitará el gobierno israelí en los territorios ocupados. El año 37, el grupo armado Irgún hace explotar una serie de bombas en lugares públicos. El año 38 en el puerto de Haifa, una bomba mata 21 personas en un mercado árabe, nueve días después otra bomba causa la muerte de 40 árabes. Es por estos años que se comienza a usar esta eficaz herramienta como táctica de guerra. Durante ese tiempo, también se crean fábricas de armamentos clandestinas. En el año 44, el Irgún entonces dirigido por M. Begin, anuncia el fin de la tregua con Gran Bretaña. Durante 8 meses en el siguiente año, la Haganá y otros grupos se unen y atacan diferentes objetivos. En Junio del año 46 se dinamitan 11 puentes que unen Palestina con sus vecinos. En Julio de ese mismo año se mata a más de 100 personas al atacar el Hotel Rey David que era ocupado como cuartel general militar y administrativo por los británicos.
Otro factor de no menos importancia que ayudó a la concreción del nuevo Estado fue la manipulación y el terror que los sionistas infringieron a sus víctimas. El presidente norteamericano de entonces, H. Truman, registra en sus memorias: "No solamente las Naciones Unidas estaban sometidas a presiones tales como no se habían conocido jamás, sino también la Casa Blanca. Creo no haber sido jamás el objeto de una campaña de propaganda tan virulenta. El encarnizamiento de alguno de los dirigentes sionistas más extremistas, por otra parte instigados por motivos políticos y esgrimiendo la amenaza política, me molestaba y aburría. Algunos de ellos sugerían que hiciéramos uso de nuestra influencia para llevar a naciones soberanas a votar favorablemente en la Asamblea General". El historiador R. Reichter incorpora en una publicación, una visión similar: "Cuando se aproximaba el día decisivo, el lobby pro-sionista inició una actividad febril en los pasillos de la ONU. Cantidades fabulosas cambiaron de mano para obtener que los delegados votaran a favor de la partición. Estos argumentos tangibles y muchas otras presiones consiguieron el efecto esperado. El representante de Filipinas, por ejemplo, había hecho pocos días antes de la votación un flamante discurso, en el que defendía el derecho de los pueblos a determinar su futuro y anunciaba que votaría contra la partición. De modo semejante se manifestaron el delegado de Haití y el delegado de Siam. Tres días después, el filipino y el haitiano habían cambiado de opinión y el representante siamés desapareció de la escena".
El año 48, es un año en que se recuerda una de las más cruentas matanzas perpetradas por los sionistas, la de Deir Yassin, en que los grupos militares judíos se apoderaron de este pueblo cercano a Jerusalén asesinando a 250 personas. En el año 1953 Ariel Sharon junto a sus soldados trasladó 600 kilos de explosivos e hizo estallar 45 casas con sus habitantes dentro. El año 67 elaboró una lista de 100 palestinos buscados y los eliminó uno a uno. Expulsó a millares de beduinos de la región de Rafá al sur de la Franja de Gaza, sus viviendas arrasadas y sus pozos de agua cegados. En 1977, Yasser Arafat, encomendó a unos de sus hombres de confianza, Sartaui, que se reuniera en Paris con un grupo de sionistas. Curiel, judío egipcio, actuó como mediador, Sartaui abogó por la reconciliación entre ambos pueblos. Curiel y Sartaui fueron asesinados el '78 y el '83 respectivamente. Ese mismo año se realizan las dos masacres más cruentas, las de los campos de refugiados de Sabra y Chatila. Se continúa con los asaltos a escuelas, campos de refugiados, hospitales e instalaciones palestinas de todo tipo. Se usurpan los recursos hídricos: en 1990, los palestinos ubicados en la Ribera Occidental del río Jordán podían acceder al 17% de su propia agua pues el resto era desviada por las autoridades judías para los nuevos colonos, lo que equivale a un promedio de 150 m3/persona mientras que los colonos recibían 2000 m3/persona, de los 896 millones de m3, Israel utilizaba 714 millones lo que significaba que 22 mil colonos sionistas que representaban 1.5 por ciento de la población total consumían cerca del 80% del agua local y 1 millón cuatrocientos mil palestinos, el 98.5% de la población, sólo podía consumir el 20% de las aguas de su propia patria. Y por si fuera poco, algunos judíos influyentes, como ciertos rabinos, tanto en Israel como en otros países donde habitan, inculcan a sus jóvenes, estudiantes y militares, interpretaciones erradas de la Biblia, como las que justificarían los asesinatos de ciudadanos no judíos, incluso mujeres y niños. En el año 94, un colono israelí ingresa a la Mezquita de Hebrón y asesina a decenas de palestinos que estaban orando.
Así es como los palestinos son tratados en su propia tierra. ¿Qué les queda? sólo reaccionar. Desde septiembre del año 2000, cuando los Palestinos comenzaron con los lanzamientos simbólicos de piedras hacia las posiciones militares ante las ciudades palestinas, los soldados respondieron con disparos de balas reales contra los manifestantes. En un mes murieron más de 100 personas. La Intifada palestina resiste y la represión degrada la imagen internacional de Israel. Sin embargo, la línea oficial (que tiene el respaldo de Washington y de prácticamente todos los comentaristas de noticias estadounidenses) es que Israel se defiende emprendiendo acciones de represalia por los desórdenes que minan su seguridad, y que incluso amenazan su existencia. Tal afirmación había logrado un estatus de verdad absoluta. Gracias a eso, Israel se sintió con el derecho de hacer lo que se le ocurriera, ocasionando enorme daño a la vida civil palestina; torturando a sus habitantes, encarcelando sin justificación, quemando plantaciones, cerrando y aplicando gases químicos en colegios y universidades, procediendo con una violencia muy tecnificada, con buques de guerra, helicópteros blindados contra población civil, principalmente desarmada. Cuando se dice desarmadas es, porque era y es casi imposible para un palestino, tener en su casa o portar un arma ya que al estar bajo dominación judía, se les impide hacerlo bajo pena máxima; tampoco disponen de ejército, sólo en los últimos años se les permitió poseer un contingente policial que portara armas de corto alcance. No hay forma de evaluar en toda su envergadura el daño a ciudades y pueblos - Ramala, Belén, Tulkarem, Qalqilya, Nablus y Yenín - que se mantienen bajo un estrecho estado de sitio; las patrullas y los francotiradores disparan en las calles. Se puede afirmar que se ha devastado la infraestructura de la vida misma y de cualquier futuro Estado palestino, carreteras, escuelas, torres eléctricas, bombas de agua y cableado telefónico. Se destruyen puntualmente los depósitos de agua potable palestinos, asfixiando la economía cuyo sector más importante es el agrícola, y las infraestructuras eléctricas y telefónicas, se disparan a las ambulancias e impide la atención de los enfermos, se cierran hospitales o se les cambia el destino para ser utilizados como centros de detención o prisiones y se destruye el equipo médico.
¿Qué cálculo inhumano llevó al ejército israelí a lanzar 50 tanques, 250 ataques diarios con misiles y docenas de embestidas con F-16, para sitiar el campo de refugiados de Jenin durante toda una semana? Este campo de refugiados posee una superficie de 1 km2, en donde alojan unos 15 mil refugiados, y en donde existían no más de una docena de hombres armados con rifles automáticos, pero sin defensas mayores, ni líderes; sin misiles ni tanques. Sin nada.
¿Cómo es que a esto se le llama responder a la violencia terrorista que amenaza la supervivencia de Israel? ¿Qué objetivo antiterrorista se cumple destruyendo los edificios del Ministerio de Educación, el Cabildo de Ramallah, la Oficina Central de Estadística, varios institutos especializados en derechos civiles, salud y desarrollo económico, hospitales y estaciones de radio y televisión para luego retirar los archivos de todos ellos? ¿Está claro que Sharon se inclina no sólo a "quebrar" a los palestinos, sino a tratar de eliminarlos como pueblo? Está claro además, que existe una gran diferencia entre la violencia que se practica para la liberación de uno mismo y de su familia y la violencia que se ejerce para oprimir a otros. Algunos se preguntan si la injusticia no es violencia. ¿Acaso la ocupación extranjera no es violencia permanente?
"Cuando se lucha por liberar al pueblo de la injusticia y recuperar su tierra natal, esta lucha no es terrorismo. Es una lucha por la libertad". Arafat argumenta: "Los que nos califican de terroristas desean impedir que la opinión pública descubra la verdad sobre nuestra lucha y conozca la justicia de nuestra causa. Tratan de disimular el terrorismo y la tiranía de sus actos y ocultar nuestra posición de legítima defensa. La diferencia entre el revolucionario y el terrorista reside en la razón por la cual lucha. Quién defiende una causa justa y lucha por la liberación de su tierra de los invasores y por la liberación de los colonizadores, no puede ser calificado de terrorista. Si fuese así, el pueblo de los Estados Unidos en su lucha para liberarse del colonialismo británico hubiera sido terrorista y la lucha de los pueblos de Asia, África y América Latina, también hubiera sido un acto de terrorismo"
LOS PALESTINOS RECHAZAN OFERTAS GENEROSAS
Los sionistas y los norteamericanos argumentan que han sido siempre los árabes y en especial Arafat, el que no ha querido llegar a un entendimiento pacífico con Israel. Algunos más osados argumentan que debido a su naturaleza violenta, pero nuevamente mienten. Ya en 1969 los palestinos, reivindican la "edificación de un estado democrático en que coexistan musulmanes, cristianos y judíos". Pero como siempre, Israel, sostenido por los Estados Unidos, rechaza toda conversación con lo que llama "organizaciones terroristas", incluso algunos niegan la existencia de un pueblo palestino. En Camp David en julio de 2000, Ehud Barak y tras él, un gran sector de la clase política israelí y un grupo de intelectuales judíos, proclamó que los palestinos han "rechazado una oferta generosa", que una y otra vez desaprovechan las oportunidades que les ofrece el gobierno israelí. Pero esto en realidad, sólo refleja "la visión de una paz impuesta por el más fuerte". Por muchos meses, los medios de comunicación ocultan la realidad, culpando una y otra vez a los palestinos del fracaso de la Cumbre. Sólo después de un año se conocen los detalles. Las ofertas israelíes no garantizaban las condiciones para la creación de un estado palestino viable ni ofrecían una solución al problema de los refugiados. El presidente de la Autoridad Palestina había aceptado renunciar a la soberanía palestina sobre ciertos sitios de Jerusalén Este, fundamentalmente sobre el Muro de los Lamentos, y sobre el barrio judío de la Ciudad Vieja. Sin embargo, Arafat no tiene la capacidad de ceder lugares que tienen un vital significado para el conjunto del mundo árabe y musulmán como lo es Haram Esh Sharif (la Explanada de las Mezquitas). Un artículo publicado en The New York Review of Books, analiza la estrategia del "todo o nada" de Barak; primero el incumplimiento de acuerdos concertados con anterioridad en Oslo; segundo y por ende, la creciente desconfianza de Arafat y tercero, el enfoque por-israelí de Clinton; y concluye: "La consecuencia final y mayormente inadvertida es que nunca hubo una propuesta israelí". Las ideas nunca se asentaron por escrito, se formularon verbalmente, tampoco fueron propuestas detalladas, no hay documentación oficial sobre lo que los judíos propusieron o fecha establecida para desmantelar aunque fuera sólo un asentamiento. El único dato es el discurso sobre la generosidad de Barak. Pero el mito tranquiliza conciencias, ayuda a blanquear el terrorismo de Estado que aplica Sharon y justifica la continuada ocupación de territorios palestinos.
En 1988 la OLP concedió que sería aceptable partir la Palestina histórica en dos estados diferenciados. Esto se ha reafirmado en numerosas ocasiones y ciertamente, de nuevo en los documentos de Oslo. Pero únicamente los palestinos reconocieron explícitamente la noción de tal partición, Israel nunca lo ha hecho. Esto explica por qué ahora hay más de 170 asentamientos israelíes en tierras palestinas y por qué existen 482 kilómetros de red carretera que conecta estas localidades, impidiendo los movimientos de los palestinos y que le costó 3 mil millones de dólares a Estados Unidos.
Debe recordarse que Israel es el único Estado en el mundo actual que nunca ha tenido fronteras internacionales; el único país que no es de sus ciudadanos, sino de todo el pueblo judío; el único donde más del 90% de la tierra está destinada, bajo custodia, al uso exclusivo del pueblo judío. También el único Estado en el mundo que nunca ha reconocido ninguna de las recomendaciones (más de 250 el año 1983) que le ha hecho la ONU.
Hoy, la comunidad internacional debe fijar a Israel la obligación de aceptar un principio de partición real; la obligación de limitar sus insostenibles reclamos extraterritoriales, sus absurdas pretensiones basadas en la Biblia, sus leyes que permiten avasallar a otro pueblo por completo. ¿Por qué se tolera tal fundamentalismo?. Si se recorriera la historia del movimiento nacional palestino en el transcurso de los últimos 30 años, se constatarían los esfuerzos difíciles y penosos para abrir el camino hacia la paz.
ISRAEL, PUEBLO ELEGIDO.
¿Cuáles son los argumentos que se podrían esgrimir frente a un planteamiento mesiánico por parte de los sionistas, que dice que la tierra de Palestina les ha sido otorgada por Dios? Yo digo, mentira. Una buena interpretación de la palabra de Dios dice que todos somos hijos de Él. Citan que Dios prometió a Abraham y a sus descendientes la tierra prometida, pero ésta era para todos los creyentes en Cristo: "Pues todos lo que habéis sido bautizados en Cristo, estáis revestidos de Él. Ya no hay distinción de judío, ni griego; ni de siervo ni libre; ni tampoco de hombre ni de mujer. Porque todos sois una cosa en Jesucristo. Y siendo vosotros de Cristo, sois por consiguiente hijos de Abraham y los herederos según la promesa". Por otro lado, si ellos creen realmente en el eslogan de ser elegidos, entonces me parece razonable que vivan conforme a su creencia, pero lo raro es que existen estadísticas del gobierno israelí, que señalan que sólo el 15% de los que viven ahora en Palestina ocupada son religiosos. Entonces, ¿cómo se explica este argumento supuestamente basado en la Biblia? Sólo como una más de las manipulaciones que hacen de sus masas los gestores y militantes de este movimiento. Por último, los no creyentes, no tenemos por qué aceptar que ellos nos impongan sus creencias y nos obliguen a someternos a sus planteamientos más bien clasistas y fascistas. El mecenazgo de los colonos judíos y de los sionistas sirve de pantalla para sus ambiciones expansionistas.
NO LOS QUIEREN.
Luego de la creación del estado de Israel, es el mundo árabe completo, dentro de sus limitadas capacidades, quien asume la representación del pueblo palestino. Tanto Siria, El Líbano y en especial Jordania, han recibido cantidades significativas de palestinos que han sido echados de sus casas en espera de pronto retorno. Sin embargo, pocas fueron las posibilidades de ayuda concreta, puesto que muchos de ellos vivían bajo dominio extranjero y en la actualidad es casi imposible oponerse al poder omnipotente de los norteamericanos.
Así lo demuestran los hechos:
En 1981 Arabia Saudita propone un plan de paz, cuyas líneas generales son la creación de un Estado palestino con Jerusalén como capital, el regreso de los refugiados, la retirada del ejército de Israel de los territorios ocupados el año 1967.
En Septiembre de 2000 la provocativa visita de Ariel Sharon a Haram Esh Sharif o Explanada de las Mezquitas en la Ciudad Vieja de Jerusalén, rodeada de más de mil policías, desató un nuevo levantamiento palestino que no dejó indiferente a ningún país árabe, inmensas manifestaciones de solidaridad invadieron las capitales árabes, incluso Kuwait y los diferentes países del Golfo. Nunca se habían escuchado manifestaciones tan enérgicas de parte de los dirigentes árabes, aún de los más moderados. El príncipe heredero Abdallah, de Arabia Saudita, declaró: "En estos momentos dramáticos, las naciones árabes representadas por la resistencia palestina, se hallan todas unidas". Con motivo de los últimos y dramáticos acontecimientos perpetrados en contra de los palestinos, Irak ha ocupado su principal herramienta para solidarizar y prestar su incondicional ayuda a la resistencia palestina, con la consecuencia esperada de que Bush lo haya sentenciado para que en pocos meses, su nación sea el blanco de los increíbles ataques de la super potencia norteamericana.
Para terminar, debo decir, que la importancia de este artículo radica en el deseo, de que nosotros, los chilenos descendientes de palestinos que habitamos Latinoamérica, tenemos de que en Tierra Santa, por fin se ponga fin a la violencia. No la queremos. Basta ya de pelear entre los verdaderos descendientes de Sem. Construyamos un lugar en que todos tengamos cabida.